Escritora: Noelia Barba Cárceles

Narrador: Basada en la historia de Francisco Manuel García Arredondo

Organización: Didark y UGR

Título: Historia de mi apodo

Nivel: Avanzado

IdiomaEspañol 

Resumen: En esta historia, Francisco busca los orígenes de sus apellidos y de su apodo, descubriendo anécdotas y curiosidades de su familia. 

Palabras clave: Familia, Investigación, Curiosidad, Apellidos, Apodo.

Historia de mi apodo

Me llamo Francisco Manuel García Arredondo, el Pinea y soy de Pozo Alcón, un pueblito de la Sierra de Cazorla en Jaén, muy cercano a Baza. Desde pequeño me ha gustado escuchar las historias que contaban los mayores, era un niño muy curioso. Tengo que decir que, algunas de aquellas historias hubiera sido mejor que nunca me las hubieran contado.  Pero me voy a centrar en historias divertidas y en aquellas que tienen que ver conmigo. 

 

Como era un niño muy curioso, pronto sentí la necesidad de saber quién era, de dónde provenía mi apodo e incluso el origen de mis apellidos, eso que ahora se llama etimología onomástica[1] e incluso investigar sobre la heráldica[2] de mi familia. Y así, motivado por esa curiosidad y necesidad, empieza esta historiahace unos 30 años comencé a interesarme por el origen de mi apodo el Pinea, un nombre poco común. 

 

No sé si sabes qué es un apodo pero es el nombre que se le da a una persona en vez de usar el suyo propio y que, generalmente, hace referencia a algún defecto, cualidad o característica particular que lo distingue. Yo no tengo ningún defecto ni cualidad vinculado a este apodo, por lo que sentía mucha curiosidad sobre su origen. De esa manera comencé una investigación que dura hasta hoy en día: empecé a recoger datos, visitando lugares, preguntando a diferentes personas que supieran algo de lo que poder seguir investigando y, poco a poco, esto hizo que mi curiosidad creciera con el paso de los años. 

 

El inicio de mis investigaciones me llevaron a que una de las primeras personas a las que entrevisté sobre el origen de mi apodo fue a José García, un vecino de Cuevas del Campo, un pueblo situado en un enclave excepcional entre los parques naturales al sur de la Sierra de Baza y al norte de la Sierra de Castril y Cazorla, en la provincia de Granada.  A este hombre le conocían en el pueblo como eSuave porque conducía un taxi, el único del pueblo, y la gente, muy curiosa, siempre le preguntaba cómo se conducía aquel extraño coche, y cuando José explicaba cómo conducía el taxi, decía que el embrague[3] se iba soltando muy suave, muy suave y así, de esta manera tan sencilla, surgió su apodo. 

 

Una mañana de marzo me acerqué hasta Cuevas del Campo para tomar un café con el Suave y saber si conocía algo de mi historia. Te preguntarás cómo conseguí conectar mi investigación con él y fue a través de su hermana, Manuela, que era mi vecina. Un día, de forma casual, en la pescadería del pueblo, mi mujer se encontró con ella, y mientras esperaban su turno, se pusieron a charlar. ¡Cómo sois las mujeres! Una cosa las llevó a otra y terminaron hablando de mi investigación. Y así fue como me enteré de que este señor estaba realizando también su propia investigación. Resulta que José se apellidaba García y Pinea, y él ya había iniciado una búsqueda del origen de su apellido, de su árbol genealógico[4], que le había llevado a retroceder casi 200 años en sus orígenes. Aquella soleada mañana de marzo, tras tomarnos un café en su casa, decidimos dar un paseo por el pueblo. Cuevas del Campo de los Aljibes es un pueblo con mucha historia, vinculado al campo y con unas bonitas y foráneas casas-cueva que yo quería visitar.  Mientras paseábamos por aquellas calles y observábamos los almendros en flor que rodean el casco antiguo, José me contó algunas cosas que había descubierto, años atrás, sobre mi familia. Tras aquel agradable paseo decidimos visitar el archivo municipal para saber si allí podría encontrar alguna información que completara lo que me había contado José, pero en aquel pequeño archivo no encontramos nada. 

 

Gracias a la investigación de José García y Pinea supe que mi bisabuelo se llamaba Rosendo y que había muerto muy joven. También supe que mi bisabuela María murió de lo que se conocía, a principios del siglo XX, como “hambre canina”. Al morir sus padres, mi abuelo que era muy joven fue adoptado por la tía Cándida lVinagra, una mujer que no tenía ni hijos ni muchas luces[5].  Me contó José que había descubierto que en esa época le sucedió, a mi abuelo, una cosa muy curiosa: mi abuelo se llamaba Desiderio García García, pero lVinagra lo llamaba Manuel y todo el mundo en el pueblo lo conocía por este nombre. Cuando reclutaron a mi abuelo para el servicio militar obligatorio, la mili, tuvo que presentarse en la Plaza del Salvador en Úbeda, zona del casco antiguo de la ciudad y que hoy es Parador Nacional[6]. Al nombrar en las listas a las personas que se tenían que alistar, mi abuelo no aparecía en dicha lista. Un oficial se le acercó y le preguntó su nombre: –“Manuel García García”, dijo mi abuelo, y tras echar un ojo en aquella lista, cayeron en la cuenta de que, realmente, se llamaba Desiderio García García. De esta manera, mi abuelo descubrió su verdadero nombre y dejaron de llamarle Manuel. 

 

Pero, aunque la investigación de José me dio ciertas pistas sobre mi familia, no me aclaraba el origen de mi apodo, y aunque me sentí algo frustrado, no dejé de investigar. Aquella mañana de marzo me despedí de el Suave, muy agradecido por toda la información que había compartido conmigo. Desde ese momento mantenemos una amistad. 

 

Mi curiosidad por descubrir el origen de mi apodo seguía creciendo y creciendo, por lo que no me dí por vencido y decidí seguir investigando. Decidí enfocar mi investigación hacia mi apellido, García. Y así fue cómo descubrí que el apellido García tiene origen prusiano[7] y alemán. Parece ser que el origen de este apellido se remonta a cuando los visigodos, que fueron una rama de los pueblos godos, que a su vez pertenecen a los pueblos germánicos orientalesinvadieron España en el siglo IV a.C. aproximadamente, por los Pirineos y se establecieron en Navarra. Y allí surgieron tres grandes casas familiares cuyo nombre fue García. Lo curioso es que no hay más información puesto que, no es hasta 1870, cuando se realiza un registro de los habitantes en España. 

 

García es un apellido muy común en España, con más de un millón y medio de personas que lo portan, según registros del Instituto Nacional de Estadística[8]. Y es muy común aquí, en mi pueblo, Pozo Alcón, pero resulta que también está muy extendido en Hispanoamérica, desde el archipiélago[9] de Tierra de Fuego en el sur de América hasta Canadá. Pero, tras averiguar el origen del apellido García, lo que a mí me seguía generando mucha curiosidad, era saber el origen de Pinea, mi apodo. Por eso seguí preguntando por aquí y por allá,  y para mi sorpresa descubrí varias hipótesis[10]

 

Una de estas hipótesis sugería que, alguno de mis antepasados[11] podría haber nacido en el pueblo burgalés[12] de Pineda y que, tras la Reconquista[13], se asentó en la zona de Pozo Alcón. Y puede ser que en ese momento se acortara el nombre de Pineda por el de Pinea, tal como lo pronunciaban las gentes del lugar. Decidí viajar hasta este pequeño pueblo, Pineda de la Sierra, un pueblo con un pasado minero de relativa importancia. Gracias a estas explotaciones y a otras de municipios cercanos, se construyó el ferrocarril minero con el propósito de transportar los minerales extraídos de estas minas. ¿Estaría mi antepasado vinculado a la minería? Lo cierto es que no he podido descubrir nada sobre esto, por lo que he descartado esta hipótesis. No sé si en el futuro podré descubrir algo que indique alguna vinculación. 

 

Otra de las hipótesis sería que, durante la Reconquista, la zona de Pozo Alcón fue frontera militar del Reino de Jaén y del Reino Nazarí de Granada. Estos terrenos estaban rodeados por miles de árboles y ríos, pero al ser un enclave muy estratégico, cristianos y musulmanes, quemaron todo el monte para tener buena visión y controlar al enemigo, desapareciendo los pinos y los árboles de la zona, desapareciendo la pineda, que es como se denomina a las grandes concentraciones de árboles. Creo que esta hipótesis podría ser la más acertada. 

 

Otra cosa curiosa que descubrí, es que mi apodo en América se ha convertido en un apellido muy habitual. Por ejemplo, en Perú, en Argentina, en México, y en toda la zona del sur de Estados Unidos, todo lo que antes era dominio del Imperio Español, que fue el conjunto de territorios españoles gobernados por las dinastías hispánicas entre los siglos XVI y XIX en ciudades como Texas, California, Arizona, Nevada, Colorado, Nuevo México, Florida, etc., se usa  y es muy habitual el apellido de Pinea. 

 

Algo muy reconfortante de mi investigación es que, a lo largo de los años, he podido conversar y conocer a muchas personas de diferentes partes del mundo, y resulta que, en algunas ocasiones, somos familia. Separadas en algunos casos por miles de kilómetros, pero con lazos de sangre. ¡Imagínate! Algunas de estas personas se quedan impactadas ante estos descubrimientos y me piden que les explique toda mi investigación y cómo he llegado a descubrir nuestra relación familiar. Mucha gente siente curiosidad por conocer sus orígenes, ya que suele haber mucho desconocimiento en estas cosas, y bajo mi punto de vista, es importante conocer nuestros orígenes. Pero algunas de estas personas curiosas, como yo, carecen de medios o de tiempo para realizar una investigación de este tipo. 

 

Pero continúo con la historia. Mi segundo apellido es Arredondo. Investigando descubrí que es el nombre de un pueblo que está a unos 26 kilómetros de Santander, en Cantabria, bastante lejos de mi lugar de nacimiento.  Por lo que decidí viajar hasta allí. Estuve  en Arredondo en el 2010 o 2011, no recuerdo bien, tienes que perdonarme, pero me falla la memoria. Recuerdo que es un pueblo pequeño y bonito. Está situado en la comarca del Asón-Agüera y está bañado por los ríos Asón y Bustablado. Este viaje me fascinó: esos paisajes tan verdes, esos ríos tan caudalosos y limpios, esos cielos tan azules. Aunque tengo que confesar que pasé algo de frío. 

 

En la entrada de Arredondo había un cartel que ponía que aquel pueblo era la capital del mundo y quise saber más, ya que me resultó muy curiosa aquella afirmación. Resultó que, en la década de los años 20, en el pueblo de Arredondo vivían muchos viudos y se fueron a hacer las Américas[14].  Viajaron a Argentina, a México, a Venezuela y a Cuba, y cuando estos vecinos de Arredondo consiguieron ahorrar mucho dinero, volvieron a su pueblo natal. Comenzaron a construir grandes casas, y a conducir elegantes automóviles, algo que en aquella época no era habitual. Se empezaron a ver tantos coches que se comenzó a decir que aquel pueblo era la capital del mundo. 

 

En mis paseos matutinos por aquel pueblo cántabro, descubrí una curiosidad arquitectónica: la torre de la Iglesia de San Pelayo, una iglesia neoclásica del siglo XIX, está separada del cuerpo del campanario, y por el medio atraviesa una calle. Además, hay otra iglesia más antigua, del siglo IX, la Iglesia rupestre de San Juan. Las paredes, que no son de pura roca, están hechas de mampostería. Tiene una nave y un ábside con bóveda de horno, separado por un arco de herradura. Conserva restos de la mesa de altar y su soporte, toda una joya. Pues bien, en este frío  pueblo del norte de España nadie se apellidaba Arredondo. En el Ayuntamiento, tras consultar sus archivos, me lo confirmaron: nadie se apellidaba así. Pero yo sí, si me apellido Arredondo, así que creo que el origen de mi apellido está en ese pueblo de Cantabria, aunque no pueda demostrarlo a día de hoy. 

 

El frío cántabro hizo que cayera enfermo, nada grave, pero tuve que acudir a la farmacia del pueblo, y allí, mientras esperaba que me dispensara un jarabe, escuché hablar al boticario que resultó ser de Vélez Rubio, un pueblo de la provincia de Almería, que está junto a Cúllar-Baza, situada en el valle del Mahimón, una zona que yo conozco bastante bien, porque es una comarca que ofrece una gran riqueza cultural y monumental, además de espacios naturales, y al estar cerca de Granada, lo he visitado en múltiples ocasiones. Es un pueblo que te traslada al pasado con su castillo, su barrio de la Morería, su cueva Letreros, etc. Además, tiene un pequeño museo, el Museo Comarcal Velezano Miguel Guirao, que se encuentra en el edificio del antiguo Hospital Real de 1765 de la época de Carlos III. Este museo acoge exposiciones de arqueología, etnografía, arte, etc. Intentaron crearlo en varias ocasiones: en 1947, en 1977 y en 1984, pero no fue posible realizar la donación por no llegar a acuerdos y finalmente  se fundó en 1988, cuando se comenzó el proyecto por el Ayuntamiento de Vélez Rubio, junto a Don Miguel Guirao Pérez y su familia. En 1991 donan al ayuntamiento varias colecciones creadas en los años 50 por el maestro Guirao Gea y que se han completado en el tiempo por su familia. Este pequeño y curioso museo dispone de siete salas de exposiciones con interesantes piezas: el Medio Físico, la Prehistoria, las Colonizaciones y el Mundo Ibérico, la Hispania Romana y la Visigoda, el periodo Musulmán y Cristiano y, por último, la muestra etnográfica Velezana. Lo he visitado en varias ocasiones con motivo de mis investigaciones y siempre descubro piezas curiosas. 

 

Resultó que el boticario de Arredondo era descendiente de la primera mujer de mi bisabuelo, Nicolás Nieto, que era molinero en la Plaza de las Heras, de Baza. Como consta en el antiguo e histórico Catastro de la Ensenada[15] trece eran los molinos existentes en el término municipal de Baza a mediados del siglo XVIII, prácticamente el mismo número y los mismos cedidos tras la Reconquista: ocho en la Ribera, tres en la sierra y dos dentro del recinto urbano. Al igual que otras instalaciones industriales (hornos, tenerías, casas del tinte…) proporcionaban cuantiosas rentas a sus propietarios y permitían ejercer un control evidente sobre el común de los vecinos. Por este motivo fueron entregados por la corona tras la Reconquista a los poderosos personajes de la nueva sociedad bastetana y a algunas instituciones eclesiásticas. La propiedad de éstos permaneció hasta el siglo XIX en las manos de las mismas familias y entidades religiosas. Estas y otras curiosidades son las que me deparó el pueblo cántabro de Arredondo. 

 

Tengo que hacer mención y desde aquí agradecer a boticarios y farmacéuticos de los diferentes pueblos que he visitado, ya que me han dado muchas pistas e información que me han servido en mi investigación. Por ejemplo, en la farmacia Antiñolo, en Jaén, situada cerca del Colegio de Educación Infantil y Primaria Nuestra Señora de los Dolores, y cerca de Correos, me enseñó una nota donde aparecía el nombre de Ilpoixo, un nombre de origen romano. Y es que Jaén y la zona de Pozo Alcón tiene origen romano: alrededor del año 207 a. C. la ciudad que hoy conocemos como Jaén, es tomada por Escipión el africano[16] y arrebatada a los cartaginesesTito Livio la describiría como una ciudad opulenta, recibiendo los nombres de Auringi y Oringe por Estrabón; Polibio, la conoció como Elinga y el Concilio de Ilíberis, como AdvingePlinio como Nijis u Oringis. En aquella época no era una ciudad demasiado grande. Se levantaría alrededor del raudal de la Magdalena, corazón de la ciudad antigua y no se conservan demasiados restos urbanos: sí estelas y mosaicos, muchos de ellos en el Museo de Jaén. Inmediatamente a su conquista, los romanos la consideraron una ciudad estipendiaria, es decir, bajo vigilancia militar y tributo, debido a su apoyo a Cartago. Hoy se conserva parte de una calzada romana[17], que iba desde Cástulo[18] hasta Cartago Nova[19], actualmente, de Linares a Cartagena, para sacar el mineral de plomo y esa vía atravesaba Pozo Alcón en su zona más importante.

 

Esta investigación sobre los orígenes de mis apellidos y de mi apodo es mucho más complejaEn el transcurso de esta larga y profusa[20] investigación descubrí muchas cosas, algunas muy curiosas como las que he narrado aquí  y comencé a interesarme por otras que hasta ese momento no habían llamado mi atención. Cuando descubro nuevas pistas sobre mi apodo o mis apellidos es algo fascinante: algo nuevo que va sumando y estas pistas me van abriendo el camino para saber más sobre mis orígenes. Además esta investigación me llevó a aprender nuevas cosas, muchas más de las que me imagino: esta aventura me ha llevado a aprender más sobre la historia de mi pueblo, Pozo Alcón y a participar como colaborador en un libro que escribió Manuel Moreno, en el año 1992. Mis investigaciones le sirvieron para aclarar algunas historias y leyendas del siglo XX. 

 

Quiero dejar patente que esta investigación la he realizado en solitario, preguntando por aquí y por allá, entrevistando a personas muy variopintas, viajando, realizando visitas a museos y archivos, para poder ir completando la información que iba necesitando. Todo lo que descubro lo voy escribiendo para que todas estas historias interesantes y curiosas nunca se pierdan. Me he dado cuenta de que es importante dejar por escrito las tradiciones orales, esas que se transmiten de padres a hijos y que, en muchas ocasiones, se pierden. Yo quiero que, cuando fallezca, todo lo que he descubierto, que es mucho, quede para mis hijos, nietos y demás descendientes y que puedan conocer sus orígenes, de dónde vienen, sus raíces e ir ampliando esta curiosa historia familiar.  Espero que alguno de mis descendientes continúe esta tarea que he iniciado y sienta tanta o más curiosidad por nuestros orígenes y que sus investigaciones le lleven, si es posible, más lejos en el tiempo. Para mí se ha convertido en una forma de vida, bucear en mis orígenes me conecta con mis ancestros. Toda mi investigación la guardo en unos antiguos muebles de archivo que compré en el Rastro de Madrid: unos estrechos y pequeños cajones de madera de amaranto[21] que sirven de custodia a esta fascinante investigación familiar, la historia de mi apodo. 

 
 

[1]Onomástica – Es el estudio y catalogación de los nombres propios.

[2] Heráldica – Proviene del nombre masculino heraldo, es decir, el que anunció y describió a los caballeros que entraban al torneo, el que anunció los hechos, el que llevó las declaraciones de guerra como funcionario público en la Edad Media. Además de ser un adjetivo, la heráldica es un sustantivo que denota la ciencia que nos ayuda a entender y a componer adecuadamente los escudos de armas, o el código de reglas que permite representar y describir correctamente los escudos de armas.

[3] Embrague – Pedal o manilla con que se acciona el embrague.

[4] Árbol genealógico – Cuadro descriptivo de los parentescos de una familia dispuesto gráficamente en forma de árbol.

[5] No tener muchas luces – Cuando alguien tiene pocas luces significa que no es muy listo, que no se da cuenta de las cosas que pasan a su alrededor, que no es precisamente un iluminado.

[6] Parador Nacional – Establecimiento de hostelería, situado en un enclave singular seleccionado por su interés histórico, artístico o cultural, adscrito a la red de Paradores de Turismo de España.

[7] Prusiano – Natural de Prusia, antiguo estado de la Alemania del Norte. 

[8] Instituto Nacional de Estadística – Es un organismo autónomo encargado de la coordinación general de los servicios estadísticos de la Administración General del Estado y la vigilancia, control y supervisión de los procedimientos técnicos de los mismos.

[9] Archipiélago – Conjunto, generalmente numeroso, de islas agrupadas en una superficie más o menos extensa de mar. 

[10] Hipótesis – Suposición de algo posible o imposible para sacar de ello una consecuencia.

[11] Antepasados – Ascendiente más o menos lejano de una persona o de un grupo de personas.

[12] Burgalés – Natural de Burgos, ciudad o provincia de España.

[13] Reconquista – Período de la historia de España en que los reinos cristianos reconquistaron el territorio peninsular ocupado por los musulmanes; se inició en el siglo VIII y acabó en 1492.

[14] Hacer las Américas – Se decía de la persona que iba a probar fortuna en América. Si lograba hacer fortuna y volvía a España para pasar el resto de sus días con su familia, se le llamaba indiano.

[15] Catastro de la Ensenada – Desde 1749 se realizó, en los 15 000 lugares con que contaba la Corona de Castilla (entre los que no se cuentan los de las provincias vascas, por estar exentas de impuestos), una minuciosa averiguación a gran escala de sus habitantes, propiedades territoriales, edificios, ganados, oficios, rentas, incluidos los censos; incluso de las características geográficas de cada población. Fue ordenada por el rey Fernando VI a propuesta de su ministro el marqués de la Ensenada y recibe hoy el nombre de Catastro de Ensenada.

[16] Escipión el africano o Publio Cornelio Escipión Africano ( 236 a. C.– 183 a. C.) fue un general y político romano. Comenzó su carrera militar a inicios de la segunda guerra púnica el 218 a. C. Tomó Carthago Nova en 209 a. C., derrotó a Asdrúbal Barca en 208 a. C., destruyó los ejércitos de Magón Barca y de Asdrúbal, en la Batalla de Ilipa a finales de 206 a. C. Como resultado, los romanos controlaron todas las posesiones cartaginesas en Hispania, lo que tuvo una influencia decisiva en el resultado de la guerra. Escipión se convirtió en el hombre más influyente de la República romana

[17] Calzada romana – Era el modelo de camino usado por Roma para la vertebración de su Imperio. La red viaria fue utilizada por el ejército en la conquista de territorios y gracias a ella se podían movilizar grandes efectivos con una rapidez nunca vista hasta entonces. En el aspecto económico desempeñó un papel fundamental, ya que el transporte de mercancías se agilizó notablemente. Las calzadas también tuvieron gran influencia en la difusión de la nueva cultura y en difundir por todo el Imperio la romanización.

[18] Cástulo – Es el nombre de una antigua ciudad iberorromana, capital de la Oretania. Sus ruinas se ubican en el municipio español de Linares. 

[19] Cartago Nova – Es el nombre de la ciudad de Cartagena desde la conquista romana hasta la dominación bizantina en el siglo VI d. C., cuando cambió su nombre por el de Carthago Spartaria.

[20] Profusa – Abundante, copioso.

[21] Amaranto – La madera de amaranto, también conocida como nazareno, es una madera dura, de gran durabilidad e interesante coloreado, con tonos que pueden llegar al violeta. Es también muy versátil, y puede utilizarse tanto en ebanistería fina como para construcción naval.

 

 

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